Ya llovió... desde aquel chaparrón hasta hoy

www.juanpablocasta.com.ar

Sabado 16 de Diciembre. Joaquin Sabina en el Estadio Boca Juniors, en la mismisima bombonera. Show Anunciado para las 22 horas. Shumpy ni enterado...



Situacion: Estabamos con el Eschu, tomando mate en paraná y el rio filobolusofiando, mientras mirabamos como los rayos amenazaban con una alta tormenta al sur de la ciudad. Eran 20:15 aprox. Mensaje de texto. Yuna. "dnd estas?". Responder: "en el rio, por?". Enviar. Desconcierto.
RING. Yuna de nuevo. "me estas jodiendo?". -"por?". -"sabina pelotudo! toy entrando en la cancha!". CHAN!!!!!!. -"no era mañana?". REQUETE CHAANNN!!!!
Bruuummmmmmmm. Encendi la bici, rumbo a casa, mientras llamaba a mi prima para ver si me acompañaba, considerando que evidentemente Sofi no iba a venir conmigo. PPPPiiiii!!!!! (bocinas de autos). Llego a casa. Una hora de demora para cualquier remis. Y si, la vida en el campo es asi. Corriendo rumbo al 60. Luego combinacion con taxi,previo encuentro con Lau. A toda marcha!!
El tiempo pasa. Falta cada vez menos. Nos bajamos del taxi. RINGGGGG!!!!. Mi hermana de nuevo. "donde estas?, esta por empezar!". A correr. Empiezan a sonar los primeros acordes. 213425324636 escalones para llegar a la tercer bandeja, una rodilla media mocha que me jugaba en contra, y Lau que quedó un par de pisos atrás jeje. Llegué. NOOOOOOO!!!!. Boquiabierto quede al ver semejante imagen. La bombonera repleta, hasta las manos. Los relampagos no paraban de iluminar el cielo. Y aqui en la tierra, Joaquin, tocaba "Y nos dieron las diez"...





Nos dijimos adios,
ojalá que volvamos a vernos
el verano acabó
el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno,
y a tu pueblo el azar
otra vez el verano siguiente
me llevó, y al final
del concierto me puse a buscar tu cara entre la gente,
y no halle quien de ti
me dijera ni media palabra,
parecia como si
me quisiera gastar el destino una broma macabra.
No había nadie detrás
de la barra del otro verano.
Y en lugar de tu bar
me encontré una sucursal del Banco Hispano Americano,
tu memoria vengué
a pedradas contra los cristales,
-"Se que no lo soñé"-
protestaba mientras me esposaban los municipales
en mi declaración
alegué que llevaba tres copas
y empecé esta canción
en el cuarto donde aquella vez te quitaba la ropa
Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una
y las dos y las tres
y desnudos al amanecer nos encontró la luna.




Una noche increible. Hitazo tras hitazo. “Con la frente marchita”, “Quién me ha robado el mes de abril”, "Ahora que", "Mentiras piadosas", "Por el boulevard de los sueños rotos", "Conductores suicidas", "Y sin embargo", "Calle melancolía", "Una canción para la Magdalena", "Dieguitos y mafaldas", etcétera, etcétera, etcétera...

Ni Sabina ni nosotros, lo podiamos creer. Pero la lluvia no se hizo esperar, y con ella el fervor de la gente se incrementó. Cantando bajo la lluvia, jamás me hubiera imaginado que me iba a quedar con las ganas de escuchar tantos temas. Esta vez, la tormenta no perdonó. Mucho, mucho ruido. DEMASIADO RUIDO...



El cielo se caia a pedazos. La bombonera explotaba a gritos, y un inaudible Joaquin Sabina anuncia finalmente que hasta aqui llegamos. SUSPENDIDO. Desconcierto total. La gente escapaba de la lluvia. Nosotros inmoviles, esperando el milagro. Bronca. Frustración. La platea se vació. El viento y la lluvia, no perdonaban. Ya no daba para más. Efectivamente se estaba tornando peligroso el tema.
Huimos de la popular, mojados como nunca antes.
Yo no me quería ir. Esperamos debajo de la tribuna, hasta que las esperanzas se esfumaron con Joaquín No había chances de que el show continuara. Muy injusto. FUE INCREIBLE, mientras duró. Y como todos esos momentos mágicos e inolvidables de la vida, este pasó a formar parte de otro recuerdo, que duró lo que un suspiro, pero que jamás olvidaremos.





Cobramos valor, y salimos con Lau, esquivando charcos, ramas y demás cosas que solo flotan en la Boca. Y ahora a colgarse de algún bondi de gonazalez catán, entre calles inundadas con aroma a riachuelo, que atravesando melancólicas calles inundadas de lado a lado, cual venecia, pero en el fin del mundo, nos lleve a un lugar bajo techo:
El objetivo: Saquear un McDonals. Minutos más tarde, estaríamos disfrutando de la mchamburguesa mas rica que haya probando en mi vida...

El show había terminado, y nos ibamos con el sabor amargo de lo que hubiese sido de ese recital si la lluvia no hubiera aguado la fiesta..., y una vez más el poeta no se equivocó: NO HAY NOSTALGIA PEOR, QUE AÑORAR LO QUE NUNCA JAMAS SUCEDIÓ.