
Alta Gracia, patrimonio mundial de la humanidad, con edificaciones del 1600. Si, si, belive it or not mucho antes que un tal Cristobal Colon descubriera lo descubierto. Y yo ni enterado de su existencia masomenos. El museo del Che, que era la casa del Che (ver fotito de Shumpy con Ernestito), una joyita que vale la pena visitar. Todo visto a través de un viewfinder, a 2000km por hora no, pero muy recomendado.
En la Falda, el lujoso hotel Eden que dio origen al pueblo, totalmente abandonado y saqueado. Un lugar de película y en su interior una muestra con maqueta de trenes en miniatura. shumpy en su salsa. Mientras, un cordobés y con acento (no es sinonimo) sirve de guia turista para un grupo de porteños curiosos que escuchan atentamente la historia de cada habitación (vacias, saqueadas y abandonadas), probablemente dejando de lado las mas interesantes anecdotas, perdidas en el tiempo y enterradas entre cuatro paredes.
Ultimo destino: Cordobaaa Capitalll. Nos pusimos a tono con cuarteto y entramos en la gran ciudad. Solo estuve un par de horas, no pude conocer mucho, pero lo que vi, demasiado buenos aires para mi gusto. Si tome decisión frente a la eterna disputa: rosarinas vs cordobesas. Obviamente, el contexto no ayudo a las locales, pero a mi me encantó Rosario, esa es la verdad de la mayonesa. No dejen de conocerla.
700 y pico de kilometros de vuelta, de noche, en una ruta atestada de camiones, y que por varios kilometros, aunque usted no lo crea, es de una sola mano. Shumpy al volante. La Mancha y Los Piojos al parlante, y a seguir adelante. Esquivando camiones, escala en una parrillita, luchando contra el sueño y cabeza cabeza con un flecha bus que me volvio loco, finalmente esquivamos Rosario y le pisamos duro rumbo a Buenos Aires.

Mas alla del destino, el tiempo, la compañia, los motivos del viaje. Mas alla de todo...Que lindo que es viajar... Conocer sin realmente conocer. Perderse para luego encontrarse. Escapar sin poder olvidar. Querer alejarte y alejarte, pero añorando volver, siempre volver. Respirar otros aires, vivir, aunque sea por un instante, otra vida. Que sigue siendo tu vida, que sigue abriendo caminos, mostrandote otras verdades, dandote nuevas opciones. Y uno elige. En cada momento elige. Y una vez mas, elegí volver, pero añorando, una vez más, volverme a escapar.