Estan los que le huyen despavoridos. Paraguas, sombreros, imperneables, nada es suficiente. El primer techo que encuentren es un oasis en el desierto y se la pasan maldiciendo cada gota que recorre su cuello e ingresa por debajo de su ropa.
Estan lo que la disfrtuan a lo lejos. De esos que les gusta comer, pero no cocinar. Es hermoso ver la lluvia caer, hacer el amor escuchando la lluvia, o ver por la tele como se inunda medio buenos aires, mientras agradece no tener filtraciones con ese techo lleno de humedad, pero en el instante en que una gota toque su cuerpo, puede desatarse una ira descomunal.
Y estan los otros, los que esquivan los paraguas, los que corren, o caminan, o tan solo esperan, pero se mojan, se mojan hasta las entrañas..., se mojan a conciencia ;) y lo disfrutan...por momentos tal vez no, pero por momentos son felices. Al fin y al cabo, tan solo es agua. Y como tal, tarde o temprano, se va a secar.

Llueve en Buenos Aires y me dieron ganas de escribir. No se preocupen, que ya estan pasando. Me subi al tren sabiendo que cuando llegue a palermo me iba a empapar. Pensandolo bien, creo que asi lo queria.
Llueve en Buenos Aires y voy a estar todo el dia mojado. Y seguramente ante el primer estornudo, seguirá cuanto menos, una puteada. Soy urbano, y no puedo evitarlo. Pero alli afuera, por un momento fui feliz, fui parte del último grupo...de aquellos que disfrutan cada gota que cae, de aquellos que se mojan, sin importar como quedaran después, o como coño harán para secarse. Carpe Diem...
Después de todo...es simplemente una lluvia de verano.
Después de todo...el agua, para bien, o para mal..se seca.